La edad del matrimonio para los jóvenes griegos, era la de 30 años para ellos y las de ellas dependían de la llegada de la menstruación.
Cuatro años tras su llegada era la edad idónea de la mujer para casarse.
La elección de la pareja sólo recaía en el padre de cada casadero, nunca esta elección era sometida al criterio de los novios, ya que ésta relación no tenía la misma concepción como la tenemos ahora, sino que era un contrato comercial y gentilicio.
Una vez elegida la pareja se firmaba un contrato, entre el padre de la novia y el novio y en él se dejaba establecido la dote de la novia y se elegía la fecha de la ceremonia, la cual estaba sometida a dos criterios, uno es que tenía que ser luna llena y otro celebrarse en el mes de enero.